En el
colegio, rodeado de amigos que corren de allá para acá jugando con frenesí en
el recreo, hay profesores que nos enseñan que el ciclo de la vida es nacer,
crecer, reproducirse y morir. En ese
momento las tiernas mentes no caen en cuenta de la dimensión de esa verdad. No
sabemos qué tan cerca está la muerte de la vida, de nuestra vida, y que ésta es
solo una cara de la misma moneda. Tamaña ignorancia permanece sublime con nosotros hasta que un día la más dura de todas las maestras nos hace sus pupilos y nos da
cátedra llevándose a alguien que queremos o apreciamos. Hoy falleció uno de los
últimos grandes maestros de la Universidad San Marcos. Un investigador, un
académico, un amigo. Miguel Maticorena Estrada ya no está con nosotros y no hay
nada qué hacer al respecto, solo hacer saber a familiares y gente cercana cómo
este hombre tocó nuestras vidas. La pena irá por dentro como resulta natural y
con el pasar del tiempo menguará. La pena es efímera, pero el legado del
Profesor Maticorena perdurará en el corazón de sus estudiantes y debe perdurar
en el corazón de San Marcos, madre nutricia a la cual amó. Mucho escribió,
varias horas invertidas entre documentos y archivos; diversas cavilaciones se hicieron
hipótesis, artículos y libros. ¡San Marcos! El Emérito te entregó lo mejor de
sí para tu honra y gloria, guárdale espacio en tu memoria al DOCTOR entre
investigadores, Profesor Miguel Maticorena Estrada (1926 - 2014).